El EFECTO ONETTO rebota como banda elástica, explota como fuegos artificiales en el día del santo del pueblo, brota como geyser del parque del oso Yogui y controla el paso cual esfinge maleducada. También contesta entrevistas.

¡Todos contra Gabriela Onetto!
Mayo, 2002.

NIOLUS:

1) ¿Cómo se pueden construir historias que lo trasciendan a uno? Quiero decir que hagan que uno se meta en la piel de personas que "no tienen nada que ver". Está claro que sí tienen, pero me refiero a que se salga un poco de las vivencias o recuerdos personales, que amplíe el horizonte y los temas.

¿Para qué querrías escribir esas historias, si no son tuyas? No me refiero a lo biográfico, sino a que si la historia está en tu interior es tuya, de algún modo. Creo que en tu lugar escribiría sobre lo que (ahora mismo) te llame la atención, te intrigue, te moleste en la memoria… siempre desde tu centro y desde tu identidad. Una de las cosas más difíciles es encontrar el valor de lo propio.

2) ¿Cómo se construye un argumento? ¿Existen reglas o vale todo? ¿Es necesario saber de antemano lo que va a pasar en la historia? ¿Hay que construir el ensamblaje, el esqueleto primero y poner la carne luego?

Según lo que tú prefieras: te puedo contestar tanto que sí como que no. Si lo que te interesa es lograr un texto eficaz, con gancho, donde todo tenga una explicación y las cosas no se salgan de las fórmulas probadamente exitosas de ciertos estilos, entonces sí hay reglas que aprender, cosas que calcular, razonamientos que hacer, argumentos que construir. En esto son maestros, por ejemplo, los gringos, que de todo hacen un manual: John Gardner, los guionistas de Hollywood (lo digo en el mejor de los sentidos: eficacia, entretenimiento, acción)… Si te interesa la literatura como la exploración de un mundo que está aquí pero que no es de este mundo, entonces sólo vale agarrar la linterna y el cayado para adentrarse en el temido laberinto; si tienes suerte, alguna Ariadna te dará un ovillo que te salve la vida. No hay nada que esté bien o mal en estas lides, al menos no de manera absoluta. Falta que encuentres la forma en que te sientas más cómodo en tu relación con la literatura.


3) Háblanos un poco de tu experiencia con la escritura, cuándo comenzaste, por qué, qué has aprendido con Levrero (qué ha aprendido Levrero de ti es mejor que se lo pregunte a él) de dónde sacas el material para tus historias, te gusta más la novela, el cuento etc...

Escribí toda mi vida (el primer volumen de mi diario es de los 5 años); yo misma pedí que me enseñaran a leer y escribir, así que se puede hablar de una vocación marcada desde niña (…y entorpecida por las complejidades del mundo adulto!). En aquel entonces, leía sobre mitología griega y cuentos de hadas, y ahora escribo revistas exactamente sobre lo mismo; en aquel entonces le vendía poemas a mis abuelos (en centavos de dólar, porque vivía en Panamá) y ahora los escribo de vez en cuando pero me pondría colorada si intentara venderlos en cualquier sentido. Es una segunda naturaleza y he aprendido que más allá de la proyección que eso tenga o no tenga en el mundo, es lo que soy cuando se caen todas las capas puestas e impuestas desde afuera o en función del afuera. Según para qué, cuándo y cómo esté sintonizada, me gusta el cuento, el relato sin forma, el diario personal, la poesía, las cartas, la novela, el guión y/o argumento para cine… El material de mis historias soy yo (eso incluye también a yo impactada por los otros).

Levrero fue como un rayo de Zeus que me absolvió del pecado de la primera persona: gracias a que yo misma acepté con su ejemplo que no sólo era válido, sino mucho más interesante, pude empezar a mostrar lo que escribía. También aprendí de él que no me encerrarían en el manicomio por mostrar sentimientos poco civilizados o realidades que no se ven con los ojos; digo que lo aprendí de Levrero porque ahí anda él todavía, suelto, tan campante…


4) Tus escritores favoritos.

Felisberto Hernández, Lawrence Durrell, Thomas Bernhardt, Malcolm Lowry, Charles Bukowski, Mario Levrero, Franz Kafka (quedaron juntos por casualidad); las mujeres que más me han gustado hasta ahora son Armonía Sommers, Marosa di Giorgio y Rosa Chacel (lo pongo para ser "políticamente correcta", pero la verdad es que mis escritores favoritos son hombres, por ahora).


5) Un consejo

El mejor que se me ocurre es recordar que ninguno de nosotros va a vivir por siempre. Y que por más que la vida cotidiana atente contra cualquier hondura existencial convenciéndonos de lo contrario, uno tiene que despertar de ese hechizo y vencer la fuerza de gravedad de las rutinas para darle sentido a su vida. Hacer lo que le da sentido a su vida. Hacerlo, "además de". Y en muchos casos es escribir.

LILIANA:

6) Aunque Onetto y Levrero sean, según lo declarado por tí en Brecha, <monjes del mismo convento>, el <efecto Levrero> y el <efecto Onetto> no necesariamente son iguales. ¿Qué es lo que, a tu juicio, tú le imprimís al taller por tu personalidad o tus convicciones en materia de -llamémosle- Literatura?

Bueno, para empezar él es un Monje Mayor; yo sólo soy la Novicia Rebelde! El Efecto Levrero es algo serio…

Creo que uno de mis sellos distintivos en esta actividad es algo así como el fomento de la pasión por escribir; es decir, sacudir las telarañas de La Casa de los Sustos de cada uno y ayudar a la persona a reencontrarse con su mejor parte, con sus dotes creativas particulares. Comparto con los integrantes del taller muchas cosas; hay escollos por los que ya pasé -pero me acuerdo-, hay resistencias que son como calcadas de las mías, por eso sé bien de qué están hablando. Soy consciente de lo delicado que es tener el alma de otra persona entre las manos; esta actividad debe hacerse poniendo mucha atención al otro, sobre todo porque internet interpone una natural distancia. Que sientan que en verdad hay un ser humano real del otro lado leyendo lo que escribieron. Esa parte es mía. También se puede decir que soy muy amiga de las complicidades con gente del taller, y ese es un distintivo que no se podrá poner en la propaganda pero existe igual.

7) Licenciada en Filosofía... ¿qué le debe la Gabriela actual a la Filosofía? (¡Y atención que no acepto un <nada> como respuesta!, a no ser que venga muy bien fundamentado. Ya que tú me has hecho pensar mucho con las consignas, esta es mi pequeña revancha: obligarte a pensar a tí.)

Si la pregunta fuera: "¿qué le debe la Filosofía -bajo la forma de la Universidad de la República de mi patria, aclaremos- a la Gabriela actual?", te contestaría: "¡una fortuna en terapia psicológica!". Ahora, qué le debo yo, qué le debo yo… La filosofía era un camino que me apasionaba y sin embargo resultó no ser el mío: creo que me seducen sus preguntas pero no me convencen sus respuestas. Pienso que lo que me aportó fue un afianzamiento mayor en el territorio racional, no porque eso me guste particularmente sino porque a los ángeles hay que ponerles plomo en los zapatos si deciden quedarse a vivir en la tierra (no me creo un ángel, aclaremos, eh, pero esa es la imagen precisa). Al final de cuentas, me he pasado la vida buscando "la verdad" habida y por haber, reflexionando, desconfiando de lo que parece a primera vista, observando…algo le deberé a la filosofía. Quizás.


8) Guionista, poetisa... ¿Es más difícil un taller para estos géneros, o como quieras llamarles?

De guión no: te diría que es bastante más fácil y menos comprometido que de narrativa. Pero respecto a la poesía, me resulta imposible imaginar qué clase de cosas harán en un taller, qué "ejercicios" se podrían plantear (nunca fui a uno ni creo que vaya). Creo que sería como ir a un Taller de Enamoramiento, Taller de Sentimientos Místicos, Taller de Angustia Existencial, etc. No hay duda de que embalsamar ciertas facetas humanas es una pérdida de tiempo (y dinero, en este caso).


9) ¿Hay una Gabriela ama de casa, que cocine chapulines, o algo así?

Nada de chapulines, que quede claro o nadie querrá venir a visitarme! (aunque admito haberlos comido, con tortillas de maiz y mezcal). Las Gabrielas de la casa son dos: una comodina que prefiere cocinar pasta o arroz para que no le complique mucho la vida, y una femme fatale que gusta de hacer platos elaborados y exóticos, descorchar vinos y prender velas…pero como esa no puede ser la vida cotidiana, volvemos a la rapidez de la pasta y el arroz. Por suerte tengo uno al lado que no tiene problema en hacer las milanesas (ref. pregunta 16 de Levrero)…

Siempre he sido muy reacia a echarme a las espaldas la titánica profesión de ama de casa, pero es casi imposible escaparle. O quizás he sido domesticada sin darme cuenta siquiera.


10) ¿Cómo es el <tiempo> de la gente en Guanajuato? ¿Existe, por ejemplo, el stress allí? ¿Es frecuente que la gente se detenga a conversar?

El mayor stress aquí es no caerse al bajar las escaleras. En Guanajuato, el tiempo en cuanto a cronómetro que te marca el paso para que cumplas con ciertas actividades es mucho más mítico e irreal que el fantasma de La Llorona que se pasea por el túnel de la calle Alonso. Esta ciudad tiene un amplio "circuito" peatonal en el centro (además de todo lo que se recorre sólo por escaleras), así que afortunadamente uno tiene pocas oportunidades de toparse con los autos; yo me subo a uno o a un autobus en contadas ocasiones. La municipalidad no autoriza los letreros luminosos, por ejemplo; los niños también son como "antiguos": juegan en las plazas con toritos pintados o caballitos de madera. Es como si un trozo de los tiempos de antaño se hubiera preservado (y el stress viene con estos tiempos, sin duda). Si alguien tiene un comercio y no le da la gana abrir ese día, no lo abre. En el almacen del barrio se ponen carteles que dicen, p.ej.: "Falleció doña Eleucipia, velorio a las 4". De que es un pueblo, es un pueblo (140,000 habitantes); sin embargo, con la enorme ventaja de estar expuestos al constante turismo nacional e internacional, algo que lo vuelve más "cosmopolita" pero sin perder por eso lo tradicional y lo anacrónico. Y uno se encuentra con la gente que conoce en el centro, tal como antes los encontrabas en el recreo. ¿Qué stress habrá acá, si hasta yo duermo siesta por primera vez en mi larga e insomne vida?


11) Si tuvieras que elegir un paseo, en la ciudad de Montevideo, ¿cuál sería?

Definitivamente, el Mercado del Puerto con mis amistades favoritas. Estar parados en el Roldós, tomando el brebaje de ínfima calidad que es ese Medio y Medio que venden ahí, pero que no se puede sustituir. Y mirando a todos los personajes, caricaturas y bichos uruguayos que abundan en la escena: qué plenitud! For old times´sake.

LEVRERO:

12) ¿Cómo ha afectado -y supongo que afecta todavía- a tu vida y a tu literatura el hecho de haber sido -o ser todavía- la mujer más bella del mundo?

Hablemos de haber sido -en el caso de que tal acusación sea comprobable, pero le sigo la corriente a Levrero-, porque ninguna mujer que rebase los 22 años es la mujer más bella del mundo y yo los rebaso desde hace unos pocos años, pero igual. Sí que afecta, por lo menos a una persona que siente terror de que la miren y la petrifiquen; cuando elegía superhéroe, siempre quería ser La Mujer Invisible de los 4 Fantásticos para poder mirar a mis anchas pero sin estar expuesta a las hambres ajenas, las maldiciones de brujas o los ladrones de almas. Esto siempre fue así: no tendría más de 6 ó 7 años, y cuando me enteraba que le gustaba a un niño en la escuela hasta vomitaba, hacía cualquier cosa con tal de faltar a clases. "La mujer más bella del mundo", sea quien sea, desarrolla una hiperconciencia de sí misma muy dañina, incluso una autodesvalorización de sus capacidades y una gran dificultad para tomarse en serio…salvo que también sea "La mujer más tonta del mundo", algo que por desgracia sucede bastante a menudo. También se pueden exagerar las características hiperracionales, discutidoras, intelectuales, como un modo de espantar ese tácito fantasma social de "si es mujer y si además es linda, entonces no tendrá nada en la cabeza": a modo de escudo, yo en una época me volví una Atenea temible, guerrera de las tribunas y ametralladora de los argumentos, más patriarcal que el mismo Padre con el que me había aliado. Y mientras tanto, mi Afrodita tirada por el suelo, no vaya a ser que me le pareciera… Pero lo bueno de la edad es que te va sacando unos problemas para que puedas ocuparte de otros.


13) ¿Tus artes mágicas (también llamadas brujería) son naturales o adquiridas?

Ambas cosas: las naturales son las que me hacían ver por todos lados a Toto, un ser peludo de otra dimensión que se me aparecía a los 2 años, o las que se ponían en juego en mis pesadillas con una gorda de pelo gris que me raptaba ante la mirada indiferente de mis padres…y que después resultara ser la directora de la Jardinera en la que me inscribieron los cretinos, para librarse de mí! Las adquiridas tienen más que ver con haber crecido en México y todo lo que se te pega en este país; el surrealismo que flota en el aire, tan espeso como el smog, los borbotones de energía, las capas de pasado una sobre otra, los brujos ocultos entre la gente, los dioses prehispánicos merodeando las iglesias como almas en pena, la magia temblando entre lo cotidiano. No sé las tuyas de dónde habrán salido…


14) Teniendo en cuenta tus notables virtudes narrativas, imaginativas e intelectuales, cabría esperar un volumen mucho más vasto en tu producción, y que estuvieras en los primeros lugares de las letras hispanoamericanas. ¿A qué se debe esa producción relativamente escasa, y el escaso número de libros publicados?

(Este reportero sí que sabe meter el dedo en la llaga, eh)

Si acepto (y hasta agradezco!) ese halagüeño juicio tuyo que me atribuye "notables virtudes narrativas, imaginativas e intelectuales", y le agrego mi aporte: decir que cuando escribo me siento como pez en el agua, pero en las otras facetas de la vida por lo general me siento como un pez boqueando fuera del agua, creo que entonces no hay nada incoherente. Si toda esa parafernalia editorial se manejara por escrito, sin tener que usar el teléfono y menos que menos, ponerse frente a frente con gente desconocida y arrogante, pienso que me manejaría notoriamente mejor. El libro que publiqué fue a raiz de ganar un concurso, es decir, sucedió porque lo hice por la vía escrita. Lo que quiero decir es que jamás pisé ni una editorial ni un periódico ni una radio para tratar de conseguir "algo"; televisión no puedo decir porque me invitó Puglia y fui, ja ja (y aunque no lo creas, a minutos de terminado el programa me llamó un mexicano de Editorial Porrúa al canal, contacto que desperdicié agarrándome una gripe demoledora porque no podía encarar al tipo). Yo soy de la clase volátil que necesita un representante, un fenicio astuto y bien anclado en la realidad que negocie con los truhanes que suelen controlarlo todo (y eso, círculo vicioso, no se consigue hasta que uno tiene un nombre).

Ahora bien, que sea incompetente para manejar mi producción en el mundo exterior no quiere decir que ésta sea escasa: vengo escribiendo desde los 4 años mis historias, mis diarios, mis poemas de patitos, mi mamotreto epistolar (vastísimo), pasé por la poesía, el ensayo, la investigación, el cuento, el guión cinematográfico, la obra de teatro, ahora lucho contra una novela. Y textos sin género: ¡ni te digo! Lo que no tengo casi son "productos", obras terminadas, "vendibles", pero producción es lo que me sobra. ¡Quién pudiera ser considerado un genio luego de muerto para que un pobre estudiante de licenciatura en letras se ponga a ordenar todo el desmadre que dejó en vida!

15) ¿Has rastreado en tu árbol genealógico la posibilidad de un parentesco con Juan Carlos Onetti?
La última vez que que traté de indagar algo con mi madre se ofendió.


16) Cuando trato de hacer milanesas, aunque las pase dos veces por huevo y pan rallado, al freírlas siempre se les desprende la cáscara. ¿Cómo te las arreglás para que no te suceda lo mismo?

Un momento, que le pregunto a Guzmán… Dice que luego de empanizarlas hay que dejarlas de un día para otro en la heladera antes de freirlas. Envueltas ¿eh?

17) ¿Cuántas horas al día pasás promedialmente en la computadora?

Conectada a internet, de 2-4 horas; en total debo andar en unas 4-8 horas diarias frente a la computadora. Mucho depende del trabajo que esté haciendo, pues no tengo rutinas marcadas. Para leer con más detenimiento los ejercicios de las consignas, por ejemplo, los imprimo y me los llevo a un café: esa parte del trabajo se libra de la Imac. Trato de no estar tanto en sus garras, no tanto por la computadora misma sino por internet, que a pesar de ser una maravilla es adictivo y te chupa la sangre como un vampiro energético. Antes cuando trabajaba para un portal llegaba a estar conectada ¡hasta 13 horas! los días previos a enviar mis artículos semanales (hay que aclarar que en México se paga una cuota anual de internet por acceso ilimitado, y después la compañía telefónica cobra por llamada, no por duración).


18) Qué tiene Guanajuato que no tenga Paso de los Toros?

Para empezar está en México, y eso sintetiza muchas cosas: es una energía diferente a la que hay en Uruguay, casi siempre más vital y más despegada de la realidad ordinaria. Pero yendo a lo concreto de mi apología: Guanajuato tiene montañas, tiene esa raya de sol que va acercándose más y más a la ciudad de mañana temprano, mariachis y grupos norteños llenando de música las noches en la plaza, estudiantinas vestidas a la usanza medieval y cantando por los callejones, una enorme alhóndiga de piedra con un gancho en cada esquina donde colgaron las cabezas de los próceres de la independencia durante diez años, un funicular, charamuscas (un morboso dulce típico con forma de momia), un museo de momias (sí, adivinaron: las macabras inspiradoras de las charamuscas!), grandes cactus, mi perrito Tristán, ocho musas vigilando la ciudad desde arriba de un teatro (¿acaso la novena seré yo?), los nombres de las calles: Callejón del Infierno, Callejón de las Animas, Callejón de Perros Muertos, Callejón del Terremoto, Callejón de la Soledad, Callejón del Calvario, Callejón de la Gritería, Callejón de la Sepultura, Callejón del Refugio, Callejón de la Cabecita, Callejón del Truco etc etc.

Además, en el pasado ocurrieron terribles inundaciones que destruyeron Guanajuato y durante las cuales murieron muchísimas personas: los cadáveres flotaban por las calles. Digo, eso no será muy agradable pero no deja de hacerlo un pueblo especial. El nivel al que llegó el agua en cada uno de los episodios está marcado en diferentes sitios; la ciudad siempre se reconstruía sobre las ruinas de la anterior, muy México, muy ave fénix. Otro atractivo más civilizado es que en este pueblo nació Jorge Negrete, lo que sería el equivalente cultural de vivir donde nació Gardel (¿que quizás fuera Paso de los Toros?… jum). Es una ciudad minera: de aquí llegó a salir como una tercera parte del oro y la plata a nivel mundial. Me parece un lugar muy interesante para un escritor (al que no le importe subir escaleras, desde luego). Hay leyendas para tirar para arriba, fiestas populares también, plazas, iglesias y cybercafés, uno a cada paso… Desde hace como 30 años, en esta ciudad se lleva a cabo en octubre el festival cultural más importante de América Latina, el Cervantino; la cosa suele ponerse de orgía y bacanal carnavalesca, algo que no cuento precisamente entre los beneficios de vivir aquí, pero no deja de ser un privilegio tener acceso a espectáculos increíbles de todas partes del globo. Dudo que esto ocurra en Paso de los Toros, aunque no dejaría de admitir que su agua tónica es la mejor del mundo.

¡Ah! ¡Y además es ciudad Patrimonio de la Humanidad!

VERA:

19) ¿Cómo describirías tu experiencia como alumna presencial de los talleres de Levrero?

Un antes y después en mi vida. No sé si por los talleres de Levrero o por Levrero en sí, pero les debo un gran punto y aparte. Lástima que me echó terminado el primer año…


20) ¿Cómo es tu relación con la escritura? (Quiero decir, estás trabajando en algún escrito, estás publicando, ¡¡¡¡¿¿¿¿dónde puedo leerte???!!!!)

Estoy publicando en una revista cultural (a la que le he escrito números completos sobre brujas y santos, amor cortés, internet, cuentos de hadas…) Seguramente empiece a publicar una columna mía de ficción/reflexión, "Desde el barril", en una revista y web de filosofía de Uruguay; también está por subir un cuento infantil en El Retablo de las Maravillas, site argentino para niños: ya les avisaré. Ahora estoy trabajando en una novela que va para largo, pero si tienes ganas de leer algo mío yo te mando. Próximamente, y con la ayuda de Pruslas & Partners, tendremos la página web del taller en una versión decente y ahí subiré mi libro de El mar de Leonardi para el que quiera leer más de un cuento…


21) ¿Te ayuda la experiencia como coordinadora de este taller para "pensar" o "pulir" tu propia escritura?

La verdad es que no, al contrario: me quita mucho tiempo creativo y me situa en un ángulo distinto que el propio del escritor. Pero me gusta hacerlo. Son cosas distintas.


22) ¿Qué andás leyendo?

Mis lecturas están más desordenadas y pobres que nunca. El trabajo marca un poco lo que reviso o asimilo, aunque casi siempre son ensayos, investigaciones, etc. Lo último fascinante que leí (no literario) fue Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pínkola Estés. Mi última lectura "seria" fue Piedra infernal (Lunar caustic), de Malcolm Lowry.


23) ¿Qué te decepciona o desanima, como coordinadora, de las actitudes de los talleristas?

¿Sabes que estuve pensando pero por ahora no se me ocurre nada? Supongo que el día que me encuentre con alguien a quien este trabajo en conjunto no lo transforme ni un poquitito, te podré contestar :-)


24) ¿Dónde escribís? (lo pregunto porque yo no puedo escribir en otro lugar que no sea en los más variados bares de Buenos Aires y siempre me da mucha curiosidad eso de dónde escriben los que escriben)

Entonces somos del mismo clan: los cafés son para mí una necesidad básica, no puedo concebir la vida sin ellos. A fines de los 80´s se incendió el Sorocabana (el que era mi café en Montevideo) y no podía ni preparar exámenes! En una época, conocía todo Buenos Aires no por sus calles sino por sus bares y cafés (…doblar 3 cuadras después del Tortoni, a la derecha…). El café al que más voy en Guanajuato se llama "Dadá". No obstante, a veces escribo en mi computadora directamente.


25) ¿Qué te gusta, qué te entusiasma o qué te deja coordinar estos talleres?

Me siento feliz cuando alguien hace "¡click!" y de golpe se destapa escribiendo con lo mejor que tiene. A veces leo textos que me parecen fascinantes: me hacen olvidar mi "condición de escritor" para volver a ser lector al 100%. Otra cosa valiosísima es que muchas veces se forma espontáneamente una amistad con algún integrante, o por lo menos un campo arado, sembrado y rastrillado para la amistad.


MYRIAM:

26) ¿Cómo te ganas el pan y el vino ?

Bueno, continuando con la imagen religiosa del pan y el vino, te diría que se lo dejo a la Divina Providencia porque no tengo nada estable. Es la única forma que he encontrado de tener libertad (también interior). Darle significado a mi vida está en primer lugar porque el tiempo siempre es corto para eso; en la ciudad de México podría tener mayores oportunidades económicas, pero no la vida que quiero hacer. Mis actividades varían: como dije, estoy vinculada a una revista de arte y cultura que esporádicamente me encarga números especiales (sobre temas que me interesan a mí y yo propongo, ja ja); estuve trabajando también para un portal de internet al que le escribía unos cinco artículos semanales, sigo buscando otras puntas laborales y confío en que el taller virtual crecerá algún día, por lo menos para asegurarme una pequeña base de mis ingresos.


27) ¿Estás escribiendo algún libro ?

Sí; es decir: me gustaría que algún día sea un libro, pero por ahora es una novela en mi computadora. Tengo algunos laureles en el género "novela inconclusa", y como ésta en particular me viene saliendo rarísima (rarísima en cuanto a la metodología, no al argumento) (bueno: también al argumento, pero eso no me asusta), sólo se puede decir que los hechos tendrán la última palabra. Lo importante es que estoy escribiendo prácticamente todos los días.


28) Me pregunto si alguna vez hiciste el taller de levrero porque de haberlo hecho serías varlottrice, y como no lo eres, ( o no lo confiesas?) supongo que tu amistad y empatía con levrero son extra-taller .
Pensándolo así, bien podrías ser Sor Varlottrice honoris-causa.

(Eso me honraría profundamente, claro…)

Sí hice el taller presencial de Levrero hace muchos años, pero no tengo el diploma de varlottrice porque esos títulos nobiliarios y premios aristocráticos fueron una innovación de mi taller virtual, jum, jum…

Ahora bien, mi amistad y empatía con Levrero son efectivamente extra-taller. A pesar de que según las categorías espacio-tiempo nos conocimos entonces, yo te diría que incluso son pre-taller…


29) Me parece fantástica tu relación con la gente del taller, ¿cómo la sientes?

Como dices tú: fantástica. Nos hemos entendido muy bien y creo que a todos nos gusta jugar, inventar, meter la cuchara (además de escribir y polemizar sobre la imaginación versus invención). Se ha formado un excelente clima en este taller invisible.


30) Si quieres ganar más dinero pon un aviso: "Taller psicoterapéutico pixelnarrativo a través del desarrollo de la imaginación, bajo la dirección y atención personalizada de la filosofoterapeuta y escritora mexicano-uruguaya Gabriela Onetto ( premios...) y la participación del conocido escritor uruguayo Mario Levrero, creador del método" ¿qué te parece? a lo mejor se apuntan más locos sueltos que con lo de taller literario y ja,ja, os empiezáis a dar la gran vida!!

Me parece genial! Pero yo voy a necesitar terapia a la vez, eh!

¿Nunca te conté que trabajé como terapeuta un buen tiempo? No como psicóloga, desde luego; mi título es en filosofía pero además estudié en profundidad sistemas florales como el de Bach, Bush, California, reiki y otras formas de terapia energética. Uniendo esas disciplinas con mis trabajos personales sobre mitos, cuentos de hadas y meditación dirigida, tuve excelentes resultados trabajando con gente a quien le daba un apoyo "suave", digamos, como para procesar ciertos cambios. Así que el alma de terapeuta está bien percibida! (pero no se aprovechen)


A todos: gracias por el interés. Le mando una foto panorámica de Guanajuato sacada desde mi casa, y otras más cerca del suelo. A ver si alguno se anima a venir a conocer esta tierra de momias y brujas, túneles y fantasmas (¿qué más podría pedir
el niño que vive en nosotros?)

Gabriela